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Sábado 26 de noviembre de 2011
Pablo CASTAÑO
La porción del carbón en la tarta energética de España vuelve a ganar tamaño. Durante los diez primeros meses de este año, el mineral ha cubierto el 15% de la demanda eléctrica nacional, una tasa que supone el doble de la registrada en 2010, que fue del 7% según los datos que maneja Red Eléctrica de España.
Dos factores son claves para entender este resurgir del carbón que va a contracorriente de los planes para reducir emisiones de CO2. Por un lado está la aplicación del real decreto acordado por el Ministerio de Industria con los sindicatos y la patronal minera que prima la producción eléctrica con carbón autóctono en diez centrales españolas (las asturianas de Soto de Ribera y Narcea; las castellano leonesas de Anllares, La Robla, Compostilla y Guardo; las aragonesas de Escucha y Teruel, la andaluza de Puentenuevo y la castellano manchega de Elcogás). Y por otro lado están las condiciones meteorológicas de este año, sobre todo de los últimos meses, en los que la escasez de precipitaciones y viento han reducido de forma considerable la producción de las centrales hidroeléctricas y de los parques eólicos.
Esos dos factores principales, unidos a otros coyunturales como el parón técnico de la central nuclear de Ascó o el aumento de los precios del gas natural, lo que ha reducido el uso de las centrales de ciclo combinado, han disparado la quema de carbón en España, tanto nacional como de importación. Solo hay que fijarse en la chimenea de la central térmica de Iberdrola en Lada, que desde agosto no ha parado de echar humo después de seis meses de parón. La compañía había dejado en la reserva la central térmica langreana, que utiliza mineral de importación, al entrar en vigor las primas al carbón autóctono, pero desde el verano funciona a pleno rendimiento para tapar los huecos en el demanda eléctrica que dejan las energías renovables.
En los diez primeros meses de este año el carbón ha cubierto el 15,2% de la demanda eléctrica, lo que supone el doble de lo registrado a lo largo de 2010, que fue del 7%. Pero si se toman los datos del pasado mes, el de octubre, llama la atención que el carbón ha cubierto el 20,8% de la demanda eléctrica, solo superado ligeramente por la constante energía nuclear (21,7% de la demanda) y muy por encima de los ciclos combinados de gas (17,8%), la energía eólica (15%), la energía hidráulica (6,2%), la solar (4,3%), la térmica renovable (1,9%) y la cogeneración junto a otras renovables (12,3%), según los datos que maneja Red Eléctrica de España.
El carbón vuelve a ganar peso en el mix energético nacional, pero no lo suficiente para reducir el stock de mineral autóctono que se había generado en los últimos años. Para 2011, el decreto de ayudas al sector minero fijaba un consumo en las térmicas de poco más de 10 millones de toneladas de carbón autóctono, 8,8 millones correspondientes a la producción corriente y otros 1,2 millones procedentes de los stocks. Sin embargo, los retrasos en la aplicación en el decreto han impedido alcanzar el objetivo y se prevé una desviación de cerca de 2 millones de toneladas menos, una cantidad que el Ministerio de Industria no está dispuesta a sumar a los 10,1 millones previstos para 2012. Esa postura, impidió el acuerdo entre Industria, sindicatos FITAG-UGT y CC OO y la patronal Carbunión en la última mesa de seguimiento del plan de la minería.
No obstante, que España haya tenido que echar mano del carbón para asegurar el suministro energético este año viene a reforzar la posición de los sindicatos y los empresarios de la minería, que mantienen que, al margen de los motivos sociales y territoriales, sería un «despropósito» prescindir de la única fuente autóctona fósil de la que dispone España para tener un mix de generación eléctrica diversificado que garantice el abastecimiento. Sin embargo, si no hay una reforma de la decisión tomada por la Unión Europea en diciembre de 2010, España tendrá que cerrar las minas de carbón antes de que concluya 2018.