"Quien no tenga el valor de sacrificarse, debe al menos tener el pudor de callarse ante aquellos que se sacrifican"; José Martí

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Las ayudas a las renovables de un solo año permitirían mantener la minería hasta 2030

Fuente: La Nueva España
Las ayudas que las energías renovables reciben del Gobierno en un solo año permitirían subvencionar toda la minería española hasta 2030. Las empresas carboneras del país recibieron el pasado ejercicio 315 millones de euros en forma de apoyo estatal a la producción, una cantidad que se disparó hasta los 6.215 millones en el caso de las «energías limpias», es decir, veinte veces más. Tomando como referencia estas cifras -que previsiblemente irán a la baja en el caso del carbón tras el recorte progresivo hasta 2018 decretado por Bruselas- la ayuda gubernamental que en un año obtienen las denominadas energía de régimen especial haría posible mantener la actividad extractiva a lo largo de los próximos cuatro lustros.

La energía eólica y la solar son las que acumulan un mayor porcentaje de los 6.215 millones destinados por el Gobierno, en 2009, a financiar las primas a las energías de régimen especial. En concreto, la eólica recibió 1.608 millones en ayudas, un 21 por ciento más que el ejercicio anterior. La energía solar, por su parte, obtuvo 2.688 millones, un 89 por ciento más que en 2008. El peso de las renovables también será creciente en el mix energético en los próximos años. De hecho, la planificación energética aprobada por el Congreso hasta 2020 establece que las fuentes de generación limpias alcancen una cuota en ese año del 20,8 por ciento de la energía producida en el país, duplicando producción y potencia instalada.

El caso del carbón, pese a requerir un apoyo estatal mucho menor, es el inverso. El peso del mineral pasará del 12,8% actual al 8 por ciento en la planificación estratégica para 2020. Habrá que ver si en esa fecha, parte de la producción energética con carbón en las térmicas se realiza con mineral nacional ya que el nuevo reglamento aprobado por la UE elimina las ayudas para las explotaciones que no sean rentables en 2018, lo que en la práctica podría suponer la desaparición del sector en España.

Las subvenciones que reciben las minas (unas primas orientadas a enjugar la diferencia entre los costes de explotación del carbón y el precio obtenido por su venta a las centrales térmicas) son muy inferiores al apoyo que reciben la renovables. De hecho, cuestan al Estado unos 315 millones de euros. Un total de 75 millones va a parar a la hullera pública Hunosa, mientras que los 240 restantes se reparten entre 16 empresas privadas.

Los defensores del carbón esgrimen que el mineral autóctono puede ser competitivo en un futuro en términos medioambientales, cuando se desarrollen plenamente las tecnologías de captura y almacenamiento de dióxido de carbono. También resaltan el factor social, ya que las minas dan trabajo a unas 8.000 personas en el país y siguen siendo el principal pilar económico de amplios territorios, principalmente de Asturias, Aragón y Castilla y León. Otra de las comparaciones en las que el carbón sale ganado es que da una respuesta energética más solvente.

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