ASAMBLEAS 15M DE MADRID
Esto
es lo que han preparado algunas asambleas del 15-M de Madrid para
llamar al apoyo a la manifestación del 31. A ver que os parece...
¡¡Apoyemos la lucha de los mineros!!
¡¡El jueves 31 todos a la manifestación en Madrid!!
El próximo jueves, 31 de Mayo (la hora está todavía por determinar)
mineros del sector del carbón de todo el Estado español vendrán a Madrid
a manifestarse contra las medidas de recorte recientemente adoptadas
por el PP. Estas medidas significan una drástica aceleración de la
liquidación de este tipo de minería y, lo más importante de todo, la
casi total eliminación de los fondos destinados a lo que pomposamente la
Administración denomina el “Nuevo Modelo de Desarrollo Integral y
Sostenible de las Comarcas Mineras”.
Gracias a las medidas
aprobadas por el Gobierno del PP, que recortan los fondos del Plan del
Carbón en un 64%, las comarcas mineras de Asturias, León, Palencia, etc.
reciben la confirmación de su sentencia de muerte y del abandono de sus
habitantes a su suerte.
Pero no nos equivoquemos. Los salvajes
recortes del gobierno de Rajoy no son una novedad. El desmantelamiento
del sector minero empezó hace mucho.
La primera reconversión
del sector se aprobó en 1992, bajo un gobierno PSOE, y como consecuencia
de ella miles de mineros perdieron su puesto de trabajo, entre vagas
promesas de reindustralización de las comarcas mineras y la recolocación
de los trabajadores y trabajadoras despedidas en otros sectores
productivos.
Posteriormente, los nuevos planes y acuerdos aprobados
en 1998, 2002 y 2005 profundizaron el desmantelamiento del sector,
multiplicaron la pérdida de puestos de trabajo directos e indirectos y
hundieron aún más a las comunidades mineras en la depresión. Pese a las
reiteradas promesas, y a la entrega de cientos de millones de euros a
avispados empresarios, en las comarcas mineras no se instalaron nuevas
empresas ni se crearon nuevos puestos de trabajo, y a los jóvenes sólo
les quedó la alternativa del subempleo o la emigración.
Al
mismo tiempo, cada uno de los planes contribuyó a precarizar cada vez
más las condiciones de trabajo en las minas. La subcontratación, la
violación de las normativas de seguridad, los tajos interminables, el
destrozo sistemático del medio ambiente (por ejemplo, en las
explotaciones a cielo abierto de Laciana), se convirtieron en norma,
contribuyendo a cimentar la fortuna de explotadores como el delincuente
Victorino Alonso.
En cada una de estas ocasiones, las gentes de
las comarcas mineras se levantaron en pie de guerra en defensa de sus
puestos de trabajo y sus derechos más básicos, y pagaron por ello un
alto precio en represión, detenciones, golpes, procesamientos, e
incluso, como en el caso del compañero Lorenzo Gallardo, pagaron su
lucha con la propia vida.
Y hoy, de nuevo, los mineros vuelven a
la primera línea de combate. Su lucha es por el puesto de trabajo, por
la supervivencia de sus pueblos, por defender su derecho a una vida
digna. Y nada de esto nos es ajeno en Madrid. Los motivos que llevan a
los mineros a movilizarse son los mismos que nos han llevado a nosotros a
manifestar nuestra indignación en las calles y las plazas. Y por eso,
porque compartimos los mismos objetivos, porque nos oprime la misma
bota, llamamos a todos los trabajadores y jóvenes de Madrid a asistir
masivamente a la manifestación minera y dar a los compañeros y
compañeras nuestro más entusiasta apoyo.
Pero nuestra simpatía
por los mineros no debe impedirnos comprender que este desmantelamiento
por fases de la minería del carbón no hubiera sido posible de no ser por
el penoso papel desempeñado por los dirigentes sindicales. Cada una de
las cuchilladas que recibió la minería a lo largo de los últimos 20 años
fue suscrita por los sindicatos mayoritarios, que contribuyeron a
desmovilizar a los trabajadores, que mantuvieron aisladas las luchas, y
que, en suma, fueron cómplices de la destrucción del sector.
Cuando estos mismos dirigentes se colocan hoy a la cabeza de las luchas -
como es el caso de J. A. Villa, dirigente de la UGT asturiana, conocido
por su oscuro pasado y sus reiteradas traiciones al movimiento obrero -
no es para llevarla a la victoria, sino para desviarla, para llevarla
al agotamiento y la desmoralización, y para usarla como moneda de cambio
en sus negociaciones ocultas con la Administración y las empresas del
sector.
Por ello, nuestra obligación con los compañeros mineros
no es sólo manifestarles nuestro apoyo y unirnos a su manifestación.
También debemos animarlos a que no permitan que, como ocurrió en las
movilizaciones anteriores, su lucha quede aislada y termine otra vez con
la firma por parte de los dirigentes sindicales de una vergonzosa
capitulación. La fuerza de los mineros será imparable si entre todos
somos capaces de extender la movilización, geográfica y sectorialmente,
si unificamos todas las luchas, y si avanzamos con decisión hacia una
nueva huelga general, más decidida y contundente que la del 29 de Marzo.
Y también es nuestra obligación tomar ejemplo de los mineros. Si cada
ataque de la patronal, cada despido colectivo o individual, cada
atropello o humillación a un trabajador, recibiese una respuesta similar
a la que están dando los compañeros mineros, la situación en que
vivimos sería otra.
Por eso, la presencia de los mineros en Madrid
tiene que servir para que nos empapemos de su combatividad, de su
sentido de la solidaridad y de su firme decisión de no dejarse pisar
impunemente.
En las grandes batallas por nuestra emancipación
siempre los mineros han estado en la vanguardia de la lucha. Aprendamos
de su ejemplo y unamos las fuerzas para golpear todos juntos a los que
quieren destruir nuestros derechos y las conquistas sociales de las
últimas décadas.
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