20minutos.es
- La Delegación del Gobierno y la Policía niegan categóricamente la utilización de pelotas de goma contra los mineros.
- 20minutos.es fue testigo de cómo un reducido grupo de agentes disparó proyectiles contra varios manifestantes.
- El Samur atendió a un herido con contusiones muy localizadas.
- Un oficial a sus hombres: "Tirad por debajo de la cintura".
El uso que los antidisturbios dan a su material de defensa y disuasión está en boca de todos. Este jueves, las Unidades de Intervención Policial (UIP) volvieron a tirar de él para contener la protesta de los mineros llegados desde las provincias del norte de España para protestar contra los recortes de las ayudas al sector.
Los incidentes se produjeron en un espacio de apenas 700 metros de largoLos incidentes se produjeron en el tramo comprendido entre la sede del Ministerio de Industria, en el número 196 del Paseo de la Castellana de la capital y el Estadio Santiago Bernabéu. La distancia que separa ambos puntos, entre la Plaza de Cuzco y la de Lima,
es de apenas 700 metros. Unos 200 agentes antidisturbios -en cifras
oficiosas que el Ministerio del Interior no ha querido confirmar-, otro
centenar de policías y alrededor de 5.000 manifestantes en una estrecha
franja de terreno.
En ese espacio mineros y agentes protagonizaron un correcalles que
terminó con cortes de tráfico y lanzamientos de objetos. Los convocantes
de la protesta llegaron a lanzar varios cohetes, uno de los cuales
impactó y destrozó una ventana de la planta 13 del edificio oficial.
En un ambiente muy caldeado, a las UIP les cayeron encima latas de refrescos, botellas de plástico y cristal, piedras y tornillos
del tamaño de la palma de una mano. Ocho agentes resultaron heridos.
Tres fueron trasladados a dependencias hospitalarias por los médicos del
Samur. Uno de ellos, un oficial de mediana edad, resultó alcanzado de
lleno en la cara, lo que le supuso la rotura del tabique nasal. Otro sufrió un traumatismo auditivo por el estallido de un petardo de gran potencia. El tercero recibió un corte profundo.
Apuntando a los manifestantes
La reyerta, que llegó hasta el aparcamiento situado en la explanada
situada frente al Bernabéu, duró unos 45 minutos. Allí, los agentes
detuvieron a uno de los manifestantes. Antes ya había sido inmovilizado
otro minero enfundado en un peto de uno de los sindicatos convocantes.
En represalia, o, en el argot policial, como respuesta a estas
agresiones, los agentes empuñaron sus escopetas y dispararon en dirección a los manifestantes. ¿Pero, qué dispararon?
Las salvas producen una fuerte detonación y se usan para intimidar a los manifestantesLa Delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, negó categóricamente a 20minutos.es —tanto a través de la red social Twitter como de forma telefónica— que la Policía utilizase pelotas de goma, como este diario las calificó durante su narración en directo de los hechos. La 'munición', detalló eran "salvas",
cartuchos detonados mediante las escopetas reglamentarias que producen
un estallido y una deflagración pero cuyo único efecto es el de hacer un
potente ruido que intimide a los manifestantes y les obligue a
retroceder.
Incrustados junto a sus compañeros, liberados de los escudos y las
porras (o defensas, su nombre reglamentario), los agentes con escopeta
recargaban sus armas y las detonaban bien hacia el cielo, bien en dirección a los manifestantes, según pudo comprobar 20minutos.es. Fuentes policiales detallaron que el hecho de apuntar a quienes causan los disturbios se debe únicamente a un efecto intimidatorio, porque no existe impacto posible con estas postas.
Sin embargo, las salvas no fueron lo único que salió de algunas
escopetas. En medio de la refriega, cuando los mineros increpaban a los
policías por entrar en el aparcamiento, donde había
mujeres y menores de edad esperando a subir a los autobuses estacionados
allí, un grupo de antidisturbios se desplazó entre el propio muro del
estadio y la zona exterior de la torre B.
Desde esa posición, y apuntando en dirección al aparcamiento, tres
agentes dispararon apuntando hacia el grupo que les insultaba y, de
nuevo, les lanzaba botellas de plástico. Varios proyectiles
impactaron contra los manifestantes, que retrocedieron magullados y
fueron relevados por nuevos compañeros, según observó este diario. La
escaramuza duró alrededor de siete minutos. El lanzamiento fue selectivo
y rápido. No hubo repetición. La orden del mando al cargo, escuchada
nítidamente, fue rotunda: "Tirad siempre por debajo de la cintura".
"Me han disparado algo", aseguró uno de los minerosLos
gritos de los mineros se incrementaron, pero el efecto calmante fue
inmediato. Los grupos de antidisturbios retrocedieron hacia las
furgonetas y se parapetaron tras los escudos. Los manifestantes se
contentaron con lanzar una caja de 'bollos preñaos' delante de los
agentes al grito de "Esto es lo que tenéis que comer, perros. Mañana os quitarán el sueldo a vosotros también".
Al terminar, el recuento del Samur dejó dos manifestantes y un
viandante herido, aunque solo precisaron que las atenciones se debieron a
contusiones. Los sanitarios nunca valoran el posible origen de las
heridas. Uno de los mineros tenía un golpe localizado en el costado. "Me han disparado algo", aseguró a sus compañeros. Uno de ellos, que no pasó por las manos de los médicos, mostró una herida similar en la pierna derecha. Fuentes forenses consultadas por 20minutos.es afirmaron que había recibido, sin lugar a dudas, el impacto de un proyectil de reducido tamaño.
Preocupados por la "criminalización"
Tanto el Ministerio del Interior como la Jefatura Superior de Policía
de Madrid insistieron en la versión de las salvas disuasorias. No
habiendo imágenes de las conocidas pelotas de goma, fáciles de encontrar
cuando se usan de forma masiva para disolver manifestaciones que
concluyen en incidentes graves, la Administración cree que la actuación
policial fue completamente ajustada a las circunstancias.
La presencia de las UIP en las calles se ha multiplicado tras el nacimiento del 15-MTanto Interior como los mandos policiales están extremadamente preocupados por lo que califican como una campaña de "criminalización" de las unidades antidisturbios y de la Policía. Los continuos choques entre las UIP y los manifestantes desde el nacimiento del 15-M y los excesos cometidos por algunos agentes -registrados en vídeo o en fotos-, admiten, no han ayudado.
Este mismo jueves, al tiempo que los mineros se manifestaban en Madrid, la Comisión de Legal de la Acampada de Sol daba una rueda de prensa exigiendo a la Delegada del Gobierno que su movimiento tampoco sea criminalizado y que se depuren responsabilidades con los agentes que no han cumplido la ley.
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